Alrededor de medio millón de personas se congregaron en la capital lucense para participar y disfrutar de los 200 actos programados para celebrar el Arde Lucus, que este año contaba con un plus histórico al coincidir con la celebración de los 2.000 años de la muerte del Emperador Augusto, fundador de una ciudad que se consolidó como centro de referencia en el Imperio romano. Durante tres días Lugo vuelve a sus orígenes y en ella renace el espíritu milenario de su pueblo.
El Balneario de Lugo apoya de forma decidida esta iniciativa desde múltiples planos: por un lado es uno de los patrocinadores del evento y realiza aportaciones económicas para que los actos puedan llevarse a cabo, también levanta un stand al estilo clásico para que los locales puedan fotografiarse en una recreación de las termas y para dar a conocer a los visitantes las instalaciones termales, las cuales suponen una atracción más dado el valor arqueológico e histórico de los restos conservados en su recinto.
De esta forma, la estación balnearia se conforma como uno de los grandes referentes del Arde Lucus gracias a la continuidad que se ha dado a través de los tiempos de una de las actividades sociales más importantes del pueblo romano, como es el termalismo. Además, los restos de las piscinas romanas originarias encontradas bajo las modernas instalaciones son una prueba fehaciente de la actividad que esta civilización desarrolló en la villa, por lo que son centro de peregrinación para científicos y curiosos.
