A lo largo de la historia del termalismo en nuestro país, el Balneario de Lugo ha tenido una importante presencia. Sus termas, construidas en los albores de la fundación de la ciudad en el año 15 d. C., ya destacaron por su singularidad en los años del Imperio Romano. Desde entonces y través de los siglos, han sido testigos a través del tiempo de cientos de anécdotas, historias y leyendas que quedan recogidas en estas páginas del libro de la mano de 30 expertos de los ámbitos de la Hidrología, Arqueología o la Arquitectura. La edición del libro ha corrido a cargo del arquitecto Mario Crecente, que en su día diseñó las obras de ampliación del Balneario, y la arqueóloga Silvia González Soutelo. Ambos, al mismo tiempo que recogen la historia del Balneario, ponen de manifiesto la importancia del legado que el termalismo que tenido en toda la Península Ibérica. Para recopilar las abundantes ilustraciones, han recurrido a imágenes de instituciones como el Archivo Nacional, el Museo de Arte de Sevilla o el Archivo de León. El Balneario de Lugo, miembro histórico de la Asociación Nacional de Balnearios, fue declarado como Bien de Interés Cultural en 1931. Sus Aguas hipertermales están indicadas para el tratamiento de reumatismos, afecciones respiratorias y dermatológicas y curas antiestrés.
