El profesor José Manuel García Aguilar ha liderado el equipo de investigación, formado por especialistas de la Universidad de Málaga Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, que ha demostrado la existencia de fuerte actividad hidrotermal en la región desde un millón y medio de años. Las conclusiones, publicadas en la revista Quaternary Science Reviews, demuestran que la zona albergó grandes flujos de aguas minero-medicinales que surgían a 36 grados de temperatura y marcaron la evolución de las especies animales y vegetales, albergando especies propias de otras latitudes.
El estudio se enmarca dentro de las investigaciones paleontológicas del proyecto de Orce, que están documentando el entorno ecológico y paleoambiental de la zona, donde se concentran las localidades arqueo-paleontológicas más importantes del Mediterráneo, sólo comparables a los yacimientos de Valle del Rift de África oriental. Las evidencias geoquímicas, mineralógicas y estratigráficas recogidas apuntan a la existencia de un enorme fljuo de aguas hidrotermales en esta región. De este actividad termal prehistórica se han conservado varias emanaciones de agua minero-medicinal, como la que nutre al Balnearios de Alicún de las Torres.
En la actualidad, las aguas que emanan del subsuelo de Alicún están clasificadas como sulfatadas, bicarbonatadas, cálcicas, magnésicas, de fuerte mineralización y radioactivas. En base a su composición están indicadas para ciertos trastornos o afecciones del aparato locomotor y respiratorio, piel, neurología, riñón y vías urinarias. En cuanto a los flujos, son tan generosos que permiten mantener instalaciones de baño donde el agua se renueva de forma constante, asegurando así sus propiedades curativas. Además del valor arqueológico, el entorno del Balneario de Alicún de las Torres ofrece una riqueza paisajística, botánica y zoológica excepcional.
