La tendencia alcista del turismo de salud en los últimos tiempos y sus imbricaciones con el sistema sanitario nacional está propiciando un cambio en los programas formativos de los estudios oficiales del sector salud, adaptándose a las nuevas necesidades del mercado laboral. De esta forma, distintos centros universitarios están modificando sus programas lectivos en las carreras de medicina y enfermería para incorporar nuevos estudios relacionados con la hidroterapia y la hidrología médica. Según datos del Consejo General de Enfermería, en España estas especialidades son practicadas de forma habitual por alrededor de 15.000 profesionales de Enfermería.
Es el caso de la Universidad de Jaén, que ha decido colaborar con el Balneario San Andrés para que los estudiantes de enfermería puedan aprender a aplicar distintas técnicas de balneoterapia en un espacio especialmente diseñado para este fin. Así, más de 150 alumnos de la asignatura de Cuidados Complementarios han practicado los fundamentos de los baños de burbujas, chorros, baño turco (de vapor), hidromasaje, circuito termal, sauna, cura hidropínica, inhalaciones, etc. en las instalaciones de la estación termal de la localidad de Canena en la provincia de Jaén, cuyas aguas minero-medicinales ya eran apreciadas por los romanos.
En palabras del profesor responsable de esta actividad, D. José Gutiérrez, la realización de estas prácticas suponen para nuestro alumnado la oportunidad de comprobar ‘in situ’ las explicaciones que se han dado en las clases en la UJA”. “Además de ver y practicar las diferentes técnicas de balneoterapia, pueden conocer la organización de un establecimiento de salud, como es el balneario. Unos establecimientos que se han ido adaptando a las necesidades de los usuarios, pudiendo comprobar cómo los balnearios del siglo XXI, además de ofertar los clásicos tratamientos a base de aguas bebidas o en baños, ofertan otras terapias naturales como el masaje, el Shiatsu (masaje japonés), la reflexología o la aromaterapia”.
El Balneario San Andrés está enclavado al pie de la localidad jienense de Canena, que está presidida por un castillo-fortaleza del siglo XVI. Este complejo termal se extiende a lo largo de 45.000 m2 de terreno arbolado en el que predominan los pinos y los olivos característicos de la zona. Ya en los comienzos de la civilización romana estas tierras eran conocidas por las bondades de las aguas del manantial de San Andrés, cuyas propiedades terapéuticas siempre han gozado de excelente reputación; incluso algunas de las bañeras de mármol que aún se utilizan en el balneario son de origen romano y fueron declaradas de Utilidad Pública en el año 1.948.
