Pese a que no existe unanimidad entre la comunidad científica, el denominado síndrome (también estrés o depresión) postvacacional se describe como un proceso emocional negativo semejante a un trastorno de estado de ánimo, en cuyo cuadro sintomático se incluyen fatiga, pérdida de energía, sentimiento de tristeza o vacío, dificultad para la concentración, insomnio los días previos a la incorporación, tensión muscular, irritabilidad, palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, nauseas o problemas estomacales.
Este fenómeno se produce con mayor intensidad en sociedades industrializadas donde el trabajo tiene connotaciones negativas. El rango de población más proclive a notar sus efectos es el comprendido entre los 45 y 55 años, y tiene mayor intensidad entre las mujeres. Entre un 35 y un 40% de los trabajadores afirma sufrir estos desequilibrios, mayoritariamente entre los profesionales de la educación, la medicina, la comunicación y los servicios sociales.
Las aguas mineromedicinales son un extraordinario aliado para afrontar estos desequilibrios desde una perspectiva natural, ya que dependiendo de su composición físico-química son capaces de aliviar muchos de los síntomas de esta afección. Por otra parte, la cura termal se complementa con una dieta equilibrada y ejercicio físico, factores fundamentales a la hora de reencontrar el equilibrio de nuestro organismo. El entorno natural en el que se localizan las estaciones termales contribuye notablemente a alcanzar la armonía psíquica que se perfila como una de las principales causas y consecuencias de los trastornos asociados al síndrome postvacacional.