Tratamiento dermatológico
El tratamiento dermatológico trata las afecciones relacionadas con la piel, ya sea por su origen o por su implicación en dolencias de otra categoría, ya que es frecuente que se asocien con trastornos metabólicos, sanguíneos, digestivos, hepáticos o psicológicos.
En este apartado se incluyen desde afecciones comunes como dermatitis alérgicas, atópicas y seborreicas, pasando por dermatosis, descamaciones y úlceras varicosas, hasta dolencias más severas del tipo eritemas y urticaria crónica.
En enfermedades más específicas como psoriasis, herpes, liquen plano y acné se consigue mejorar sustancialmente la evolución de las erupciones y pruritos; mejora que se hace evidente en los diferentes tipos de eczema, que son abordables en todos sus estadios de evolución con mejoras significativas.
También son muy recomendables para mitigar las secuelas de quemaduras o como preparación de la zona afectada para una posterior intervención quirúrgica, ya que mejora la estabilidad del tejido dañado y disminuyen notablemente el dolor y el picor.