Tratamiento circulatorio
El tratamiento circulatorio trata el sistema de irrigación sanguínea y sus órganos.
El principal efecto en el organismo se debe a su acción hiperemizante o aumento del riego sanguíneo. Los sulfuros disminuyen la resistencia de los vasos periféricos, lo que hace descender la presión arterial y mejora la circulación coronaria y cerebral. De esta forma son muy recomendables en el tratamiento de importantes afecciones cardiovasculares como arterioesclerosis, insuficiencia venosa, hipertensión e hipotensión, así como varices, piernas cansadas y cualquier problema de circulación.
También disminuye la hinchazón que aparece cuando se padece un estado postflebítico, en parte por su efecto antiinflamatorio y en parte debido a que la microcirculación y la circulación periférica se ven muy favorecidas.
Además son recomendables en prescripciones de gimnasia vascular y en curas desintoxicantes, ya que el aumento del riego sanguíneo favorece la eliminación de toxinas y facilita la absorción del ácido ascórbico, necesario en los procesos de oxidación y regeneración de los tejidos.