Tras la aprobación del proyecto y la concesión de la correspondiente licencia de obra por parte de la Junta de Gobierno del Concello, el Balneario de Lugo ha cerrado temporalmente sus puertas al público para acometer las reformas. Los trabajos de modernización, que han comenzado a finales de año y suponen una inversión global de 1.200.000 €, se centran en la remodelación de las estancias interiores del edificio principal y en la ampliación del parking. Los plazos que manejan los responsables del Balneario han fijado la reapertura de las termas romanas lucenses para mediados del mes de marzo, de modo que los usuarios puedan disfrutar de las mejoras en Semana Santa.
Gran parte del presupuesto y de la dificultad del proyecto se debe a la ampliación del parking anexo, cuya área de estacionamiento de vehículos se veía limitada por el río Miño por un lado y por la carretera N-VI por otro, lo cual mermaba ostensiblemente la capacidad de acogida de visitantes. Dadas estas dificultades, la solución prevista contempla la construcción en vertical de una segunda planta de aparcamientos, que quedaría a la altura de la carretera y ampliaría su capacidad en cincuenta nuevas plazas que se sumarían a las ya existentes en un nivel inferior.
La complejidad de los trabajos viene motivada por el emplazamiento geográfico del Balneario de Lugo, situado junto a un surgimiento natural de Aguas mineromedicinales: Se conocía por el legado bibliográfico que la fundación romana de la 
capital lucense había estado motivada en gran medida por la presencia de Aguas Termales, tan apreciadas en la cultura romana, pero no fue hasta las excavaciones realizadas en las inmediaciones del Balneario en los años noventa cuando se descubrió la verdadera magnitud de las Termas de Lucus Augusti, que contenían una de las mayores concentraciones de monumentos religiosos y profanos romanos de España.
La presencia de valiosos restos arqueológicos obliga a los arquitectos de obra civil a trabajar de forma coordinada con los expertos en arqueología, que desarrollarán de forma paralela excavaciones científicas en las zonas contiguas al Balneario para profundizar en la zona donde aparecieron los tesoros históricos. De esta forma, el grado de minuciosidad y dificultad de los trabajos se multiplica, pero tanto los arqueólogos como los responsables del Balneario de Lugo confían en que los esfuerzos exigidos serán recompensados por el valor de los monumentos históricos y del legado termal romano.
