Los tesoros naturales de Cantabria son el máximo exponente del atractivo turístico de una región que mantiene la esencia de su tradición pese a estar abierta desde hace décadas a un turismo que, quizá por la particularidad de su climatología, en contadas ocasiones puede ser considerado como masivo. Sin embargo, no es tan conocido el valor cultural de sus joyas arquitectónicas y pictóricas, que están vertebradas por la variante norte del Camino de Santiago y que incluyen muestras de arte románico y gótico, así como obras de Gaudí y otros artistas contemporáneos.
La costa cantábrica ofrece un amplio muestrario de playas que abarca desde los extensos arenales de las bahías más conocidas hasta los agrestes cabos y salientes en los que el mar abierto golpea con toda su crudeza, incluso hay una que es conocida como la Playa de los Locos por el arrojo o temeridad con que el bañista debe empaparse antes de entrar en el agua. Pero en todas ellas pueden encontrarse típicas poblaciones costeras que mantienen el espíritu de la tradición pesquera y marinera.
En este pedazo de tierra también se concentran espacios naturales de gran valor medioambiental, muchos de ellos protegidos para preservar las especies botánicas y animales que sólo en ellos sobreviven. Los más conocidos son los de Picos de Europa y Fuente Dé, pero es necesario resaltar la particular idiosincrasia de unos valles interiores en los que se conservan vivas las raíces de su tradición. Mención aparte merece el Parque de Cabárceno, al ofrecer un modelo de zoológico alternativo muy recomendable para visitar en familia.
Pero si de verdad se quiere apreciar todo el valor de Cantabria es necesario adentrarse en las entrañas de la tierra, ya que debajo de su superficie se esconden varias catedrales prehistóricas de gran valor histórico y geológico. Las cuevas de El Soplao, Cullalvera, El Castillo y Altamira son el máximo exponente este patrimonio arqueológico donde las pinturas rupestres conectan al visitante con sus ancestros.
Y de las profundidades de la tierra surge otro de los grandes tesoros de Cantabria, las Aguas Minero-Medicinales cuyas propiedades curativas han sido apreciadas por todos los pueblos que aquí han habitado. Igual que hace miles de años, los manantiales subterráneos de Cantabria hacen aflorar a la superficie Aguas centenarias que alivian de sus dolencias a quien en ellas se bañe.
Balneario de la Hermida
Situado en el municipio de Peñarrubia, el Balneario de la Hermida adopta el nombre de la población en la que se asienta y que comparte con el impresionante accidente geográfico que domina el entorno, un abrumador desfiladero natural que conforma una de las puertas de entrada al Parque Natural de Picos de Europa -reputado internacionalmente por dar cobijo y protección a especies endémicas en peligro de extinción como el oso pardo- y a una de las comarcas con mayor desarrollo turístico, Liébana.
Esta comarca destaca por un desbordante patrimonio natural que se extiende hasta las provincias limítrofes de Palencia, León y Asturias, aunque cuenta con grandes tesoros artísticos y culturales entres los que sobresale el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, que en época de la invasión musulmán fue bastión de resistencia y donde se custodia el Lignum Crucis, considerado por el catolicismo como el mayor pedazo conservado de la Santa Cruz. En este monasterio vivió el Beato de Liébana, quien alcanzó fama internacional por su Comentario al Apocalipsis de San Juan.
La Hermida cuenta con tres manantiales de Aguas Minero-Medicinales que vienen siendo utilizados con fines terapéuticos desde la Edad Media y que fueron reconocidos como de Utilidad Pública a mediados del S.XIX, título con el que se daba una base científica a las propiedades curativas demostradas de forma empírica. En aquella época, la del termalismo clásico, La Hermida era un centro de referencia nacional que consolidó su posición destacada con las obras acometidas en 1880, gracias a las cuales se dotó a la estación de nuevas galerías termales, una iglesia y el Gran Hotel.
El Balneario sufrió un total abandono en tiempos de la Guerra Civil del que no pudo recuperarse hasta tiempos muy recientes, siendo en el año 2002 cuando los actuales gestores apostaron por un arriesgado proyecto cuyo resultado es digno de alabanza. Tras la acometida de una reforma integral que se prolongaría durante tres años, el Hotel Balneario ofrece hoy unos estándares de calidad reconocidos con la calificación de cuatro estrellas, que se ven reflejados en las 57 habitaciones decoradas de forma individualizada desde las que se puede disfrutar de un paisaje de excepción.
El Balneario se extiende en torno a una superficie de dos kilómetros cuadrados que están divididos en tres grandes zonas: Termalismo Tradicional, Termalismo Lúdico y Zona Seca o clínica termal. Las técnicas empleadas dependen de los fines específicos a que están destinadas, por lo que en la zona húmeda se pueden encontrar bañeras de hidromasaje, aerobaño y cromoterapia; el área termolúdica está dotada de piscina termal dinámica, jacuzzi, pediluvio de marcha, baño frío, terma romana, sauna seca y gruta termal natural; y la zona seca dispone de consultas médicas, fisioterapia, gimnasio, salas de masaje, cabinas e hidroterapia del colón.
En todas ellas se emplean las Aguas de tipo clorurado-sódicas que emergen a una temperatura de entre 55 y 60 ºC. Su composición química y mineral las hace muy recomendables para tratar los procesos reumatológicos (artrosis, patología osteomuscular, fibromialgia, contracturas, lumbociáticas, etc...), afecciones dermatológicas (psoriasis, eczemas, dermatitis, alergias, prurito) y trastornos respiratorios (bronquitis, asma y EPOC) y para la realización de curas antiestrés, curas de descanso, tratamientos contra la obesidad, de belleza y antienvejecimiento.
Balneario de Puente Viesgo
Una de las zonas rurales más representativas de la geografía y el paisanaje cántabros es, sin lugar a dudas, la comarca de los Valles Pasiegos, donde las praderas de verde intenso dedicadas al pasto de vacas y las frondosas zonas boscosas dominan un espacio de media montaña delimitado por los ríos Miera y Pas. En la cuenca de este último, concretamente en la zona conocida como Valle de Toranzo, se encuentra enclavado el majestuoso edificio del Gran Hotel, emblema inconfundible del Balneario centenario que ostenta Medalla de Oro en la Exposición Universal de Barcelona.
El entorno patrimonial y paisajístico de la zona posee una riqueza sensorial excepcional, conformándose como un ambiente delicioso que marida a la perfección con el espíritu del Balneario. Su encanto es valorado por todos los visitantes –se encuentra a escasos 25 Km. de Santander-, para quienes es visita obligada el conjunto de cuevas prehistóricas declaradas Patrimonio de la Humanidad que se encuentran diseminadas por los alrededores, y entre las que cabe destacar las del Castillo, las Monedas, la Pasiega y la de las Chimeneas.
De las profundidades del subsuelo, procedentes de la llamada "mancha eocénica cantábrica", surgen manantiales de Aguas Minero-Medicinales que debido al amplio abanico de componentes disueltos son clasificadas cloruradas sódicas, bicarbonatadas, cálcicas. Su mineralización es media y predominan los iones cloruro, sodio y calcio, además de un alto grado de anhídrido carbónico alcanza. De ellas se abastece el Balneario de Puente Viesgo, donde afloran a una temperatura de 34,6 ºC.
Todas estas particularidades contribuyen a la mejoría de dolencias relacionadas con el aparato circulatorio, entre las que se incluyen la hipertensión arterial, hiperucemia, diabetes, varices y flebitis, el respiratorio, destacando la rinitis, sinusitis, laringitis, traqueitis, faringitis, y el locomotor, en el que se muestran beneficiosas en casos de reumatismos articulares y musculares, artrosis, osteoporosis; además de constatarse mejorías en trastornos de tipo nervioso.
El Balneario de Puente Viesgo ofrece multitud de servicios termales como los clásicos baños termales, de burbujas e hidromasaje, además de otras técnicas como chorros a presión, sauna termal, barros marinos, algas, parafango y pulverizaciones. Pero en Puente Viesgo la tradición no quita lugar a la innovación, y recientemente se ha inaugurado el Templo del Agua, una instalación termolúdica con más de 2.000 m2 repletos de piscinas, cascadas, jacuzzis y ríos contracorriente. Otra de las novedades es la Piscina de Flotación, donde, gracias a novedosas técnicas, el usuario permanece suspendido sobre el agua y disfruta de una incomparable experiencia sensorial.
Balneario de Liérganes
En la localidad de Liérganes, declarada monumento histórico-artístico y que dista apenas 15 minutos de Santander y de las principales playas, se encuentra el Balneario de Liérganes, que fue construido inicialmente en 1913 y entre cuya clientela destacaron grandes personajes de talla monárquica. Está rodeado de un parque de tres hectáreas poblado por cientos de árboles centenarios, entre los que un tranquilo paseo se convierte en un acercamiento a la naturaleza, y ofrece la posibilidad de practicar la pesca –previa solicitud- en los cotos del río Miera.
Los alrededores del Balneario forman un conjunto natural de excepción que puede ser observados a vista de pájaro desde El Mirador de Peña Cabarga, donde la vista panorámica da la posibilidad de contemplar la Bahía de Santander y gran parte del litoral cántabro, así como acercarse hasta los Picos de Europa o llegar a las cumbres donde nace el río Asón. Otro de los grandes atractivos es el Parque Natural de Oyambre, formado por un conjunto de marismas en los que anidan gran cantidad de aves migratorias en las épocas de transición.
Las sucesivas remodelaciones de las instalaciones originarias han convertido al Balneario de Liérganes en uno de los complejos termales más modernos de la actualidad, pero que ha sabido conservar en su evolución la esencia de sus orígenes. La calidad del establecimiento y el servicio ofrecido, han sido reconocidos con el certificado de calidad ISO 9001 y el distintivo Q de Calidad Turística, que representan una garantía en todas y cada una de las actuaciones que se llevan a cabo.
Las Aguas de Liérganes fueron declaradas de Utilidad Pública en 1869, reconociendose así su valor terapéutico y preventivo en el tratamiento de distintas afecciones. Del manantial de La Fuente Santa emanan Aguas de tipo sulfuradas, cálcicas y sulfatadas con fuertes índices de mineralización, cuyas propiedades curativas están especialmente recomendadas para problemas respiratorios y dermatológicos, entre los que cabe destacar alergias, asma, bronquitis crónica, artrosis, reumatismo, recuperación de fracturas, psoriasis y acné.
En este Balneario se practican una treintena de técnicas termales diferentes como baños (general, de burbujas, hidromasaje, sedante, de esencias, de leche y de vapor), ducha circular y escocesa, chorros, lodos marinos, parafangos y envolvimiento de algas, entre otros, siempre bajo supervisión del equipo médico del establecimiento. Además, se tratan dolencias relacionadas con el estrés, como el agotamiento fisico y mental y el insomnio, con el objetivo de llegar a las causas que lo originaron y conseguir el resultado perfecto.
Por otra parte, se ofrecen servicios complementarios de belleza que cada vez son más demandados por la clientela, para la que se ha desarrollado la Energía del Color, un tratamiento único que conjuga la acción termal y la medicina tradicional china. En este sentido, el Balneario tiene un completo equipo de profesionales especializados en masajes y fisioterapia, a los que se puede solicitar un masaje completo o parcial, masaje bajo el agua y masaje espumante, dependiendo de las necesidades, además de reflexoterapia, drenaje linfático, facial y anticelulítico.
