Los Balnearios que forman parte de ANBAL cuentan en su oferta con un sinfín de tratamientos y técnicas basados en el uso de sus Aguas Mineromedicinales declaradas de Utilidad Pública. Estos son los principales tipos que se pueden encontrar en España.
Las Aguas Mineromedicinales son un regalo de la naturaleza que se forman a partir de elementos químicos que arrastran las aguas subterráneas a su paso por las rocas y metales que forman el subsuelo de la corteza terrestre. Tal y como indica la Sociedad Española de Hidrología Médica, por su composición química, física y físico-química, tienen propiedades terapéuticas. La utilidad terapéutica de un agua está avalada por el Estado mediante su declaración de Utilidad Pública. Se pueden clasificar en función su composición mineral y de esta forma se pueden aplicar para el tratamiento de las dolencias. Estos son los principales tipos:
>Aguas ferruginosas: con alto contenido en hierro, indicadas para estados de debilidad, anemias, problemas dermatológicos y hepáticos…
>Aguas cloradas: indicadas para afecciones del aparato digestivo, así como para problemas dermatológicos.
>Aguas sulfuradas y sulfurosas: tienen un alto contenido en azufre y se suelen recomendar para patologías como la psoriasis, para las infecciones y para la dermatitis.
>Aguas bicarbonatadas: con contenido en CO2, bicarbonato de sodio, calcio, cloro o azufre. Se suelen utilizar para problemas del aparato digestivo, así como el buen funcionamiento del páncreas y el hígado si son de baja mineralización.
>Aguas sulfatadas: Aparte de azufre pueden incluir sodio, calcio, magnesio o cloro en su composición. Tienen características antisépticas, ejercen una importante acción antiinflamatoria, con lo que se recomiendan para el aparato locomotor, tienen propiedades regenerantes para la piel y los cartílagos y actúan como protectores naturales de la piel.
