Aunque cada vez son más numerosos los Balnearios españoles que alargan las fechas de apertura o que incluso mantienen abiertas sus instalaciones todo el año -incluso en las fiestas navideñas en las que se concentra buena parte de sus reservas-, la mayor parte de las estaciones termales aprovecha los meses de invierno para cerrar sus puertas al público y acometer trabajos de mantenimiento y mejora de las instalaciones sin que interfieran en la actividad de los usuarios.
En este sentido, el Montepío de la Minería invertirá más de 350.000 euros para instalar un nuevo sistema de climatización con caldera de biomasa en el Balneario de Ledesma. Los cálculos del proyecto cifran en un mínimo del 15% el ahorro para las cuentas de la Estación Termal salmantina, que se duplicará en los meses de mayor consumo llegando al 30%. Pasados los 10 años de amortización, el ahorro puede llegar al 50% del gasto actual.
También el Balneario de Arnoia del Grupo Caldaria ha invertido 600.000 € en remodelar sus instalaciones interiores y adecuar el pantalán de acceso al lago natural colindante tras adherirse al plan termal, náutico y enológico comarcal de O Ribeiro. Tras su modernización, el número de habitaciones se reducido de e 100 a 89, pero han ganado en calidad y confort que le permitirán optar a la categoría de cuatro estrellas. También se ha construido un gimnasio especializado para deportistas náuticos, con lo que se posiciona como destino destacado para los deportes de agua.
Asimismo, el Hotel Balneario Paracuellos de Jiloca sufrirá una importante remodelación de las zonas comunes: pasillos, hall, cafetería, salones, etc. Tras los trabajos de adecuación, estos espacios contarán con una imagen más moderna pero conservando la esencia e historia del que es el más antiguo de los balnearios de Aragón, en los que la luz será la protagonista. Estos trabajos se suman a la habilitación del Parque Termal que acometió en su exterior, donde se incluyen dos lagos termales y numerosas instalaciones de ocio, deporte y relax.
