José Luis Sampedro, autor de “La sonrisa etrusca” y “La sombra de los días” y Premio Nacional de las Letras y académico de la Lengua entre otras muchas distinciones, murió la semana pasada en su domicilio particular y fue posteriormente incinerado en el cementerio de La Almudena; todo transcurrió en la más absoluta intimidad atendiendo a su voluntad, tal y como expresó Sampedro en público y en privado. Nacido en 1917 en Barcelona, vivió su niñez en Tánger y su adolescencia a caballo entre Soria y Zaragoza. En su provincia, concretamente en Alhama de Aragón, encontró en el Balneario Termas Pallarés un retiro espiritual y de salud que marcaría su vida sentimental.
La relación de José Luis Sampedro con el Balneario Termas Pallarés fue calificada por él mismo como “la correspondencia de un amor de toda una vida”, ya que siendo un cliente habitual de la estación termal aragonesa conoció a la que fue el amor de su vida, la poetisa Olga Lucas Torres con la que se casaría a la edad de 86 años. “Sencillamente, ella solía ir en unas fechas, yo solía ir en otras y hubo un año que, por distintas circunstancias, ella adelantó su viaje y yo retrasé el mío. Y gracias a ello coincidimos” explicaría recientemente en una entrevista. A partir de entonces, ninguno de los dos renunciaría a una de sus mayores pasiones: disfrutar cada año a disfrutar de una cura termal, mientras se relajan en un entorno paradisíaco y rememoran el momento en que sus vidas se unieron para siempre.
En los últimos años el escritor recibió el reconocimiento a su trayectoria profesional, que le llegó en forma del Premio Nacional de las Letras Españolas, el Premio Gigante del Espíritu, el Premio Su Peso en Miel, el Premio Internacional Menéndez Pelayo y la Orden de las Artes y las Letras de España. Sampedro había afirmado en varias declaraciones que no tenía “miedo a morirse”, sino que su preocupación estaba vinculada a “no saber hacerlo con dignidad”. Al parecer, la vida ha querido respetar la ya que su viuda aseguró a los medios de comunicación que José Luis se fue en paz y feliz en el trascurso del sueño.
