Balnearios de España. ¿Cómo surgió el programa de termalismo social del Imserso?
Purificación Causapié. Desde el Imserso, se valoró la posibilidad de ofertar estancias en balnearios y tratamientos termales para pensionistas de la Seguridad Social, sobre todo a aquellos con menos ingresos económicos y con dolencias que respondieran bien a los tratamientos de hidroterapia. Este fue el punto de partida del programa de termalismo del Imserso y también fue el detonante para una reconversión de este sector que siempre ha tenido un gran potencial en nuestro país por la gran calidad de nuestras aguas termales, pero que necesitaba una puesta a punto para hacerlo más moderno y competitivo. En este sentido, creo que nuestro programa fue un aliciente para que muchas estaciones termales que querían formar parte de él, acometieran las reformas necesarias para ello.
BE. ¿Cómo ha sido la evolución del Programa de Termalismo en sus más de veinte años de trayectoria?
PC. El programa de termalismo social del Imserso nació un poco más tarde que el de vacaciones, concretamente en 1989, pero lo mismo que éste ha tenido un carácter creciente y expansivo en cuanto a la inversión, el número de plazas y el número de balnearios participantes. Para que los lectores de “Anbal” se hagan idea de cómo ha crecido el programa de balnearios, le voy a dar unos datos sobre la evolución de las plazas: en 1994 se ofertaron 53.500; en la temporada 2010, que es la última cerrada, se han ofertado 250.000 plazas. En cuanto a la inversión del Imserso en este programa, en 1994, se invirtieron en este programa 9.807.015 euros. En 2010 se han invertido 40.690.040 euros. El programa de termalismo ha ido adaptándose a lo largo de estos años con el fin de dar el mejor servicio a las personas usuarias. Cuando el programa comenzó, los balnearios formaban un sector económico que necesitaba relanzarse, ya que después del auge que había tenido durante la primera mitad del siglo pasado, en la segunda había decaído bastante. En este sentido, el programa de balnearios del Imserso ha contribuido a recuperar, modernizar y poner de moda un sector económico que, como digo, estaba bastante olvidado por la población en general. Pero todo el mérito es de las personas mayores, que siempre han sido fieles a la toma de aguas y al descanso y relax que proporcionan estos recintos, sin dejarse llevar por modas más o menos perdurables.
BE. En términos generales, ¿cuáles son los beneficios más destacables de los tratamientos en la salud de los mayores?
PC. Como sostenía Sebastian Kneipp, uno de los padres de la hidroterapia, “el agua es el más natural de los remedios”, y las fuentes termales se han usado desde la Antigüedad por sus múltiples beneficios externos e internos. Yo no soy doctora en medicina, por tanto, no puedo hablar como tal de sus efectos sobre la salud, pero puedo decirle que las personas mayores que participan en el programa, según datos de una encuesta realizada hace algunos años, indican que se sienten mejor de sus dolencias crónicas en los meses siguientes al tratamiento termal e incluso algunas personas reducen su medicación.
BE. ¿Se puede afirmar, entonces, que mejora la calidad de vida de las personas mayores?
PC. Por supuesto. De hecho, yo mantengo que el programa de balnearios ha sido pionero en contribuir a un envejecimiento activo y saludable de las personas mayores mucho antes de que fuera definido el concepto de “envejecimiento activo” por la Organización Mundial de la Salud como un proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. El programa de termalismo cumple ampliamente estos requisitos, pues mejora la salud física y mental de las personas mayores, y contribuye a su participación social ya que durante las estancias crean redes de amistad que perduran más allá del propio programa. Por tanto, el impacto en la conservación de su autonomía personal y en la mejora de su calidad de vida es incuestionable.
BE. ¿Esta mejoría tiene una traducción en términos económicos (gasto farmacéutico, reducción de consultas en médicos generalistas y especialistas, etc.)?
PC. Evidentemente, cualquier reducción de consumo de fármacos tiene repercusiones económicas. En el estudio al que me referí antes, realizado por Price Waterhouse, se comprobó que esta reducción en el consumo de fármacos se sitúa en torno a un 20% en las dolencias osteoarticulares.
BE. ¿Cuál es la opinión de los usuarios respecto al programa?
PC. Las personas mayores están satisfechas con el programa y suelen volver a solicitarlo en los años siguientes. Es más, creemos que es precisamente el haber participado en el programa en temporadas anteriores lo que les lleva a volver de nuevo y, con frecuencia, lo hacen en compañía de familiares, amigas o amigos a quienes les han contando la experiencia tan positiva que han tenido. Y este es el mejor indicador de la calidad del programa y de la satisfacción de quienes participan en él. Según el estudio de Price Waterhouse, la satisfacción de las personas mayores con el programa de balnearios es muy alta ya que un 95% de las personas que se encuestaron dijeron que estaban bastante o muy satisfecho con la estancia en la estación termal.