El Balneario El Raposo, ubicado a ocho kilómetros de Zafra, lleva funcionando como casa de baños desde 1886, fecha en la que se edificaron las primeras dependencias para este fin. Ya se conocían los efectos terapéuticos de sus aguas y lodos desde 1860. Sería ya entrado el siglo XX, en 1926, cuando obtiene la Declaración de Utilidad Pública por Real Orden y es considerado como Balneario.
Posteriormente, a partir de 1992, El Raposo ha sufrido continuas reformas que han mejorado sus instalaciones y servicios, hasta conformar un sólido complejo termal que ofrece a sus visitantes una variada oferta de técnicas terapéuticas, salud, belleza y relax. El Balneario ha sabido cambiar con los tiempos y, aunque su esencia sigue siendo la misma, amplía continuamente su carta de tratamientos.
Este esfuerzo por la calidad no ha pasado desapercibido ya que ha conseguido varios sellos que garantizan su calidad, como la Q de calidad turística en 2008 para su hotel y balneario, siendo el primer centro termal de Extremadura en conseguir esta certificación. Tres años después, en 2011, obtuvieron la ISO 14001 y 27001.
Aún contando con la excelencia de sus aguas, son sus lodos termales naturales los que aportan una especial singularidad a este establecimiento ya que es uno de los pocos balnearios en España que ofrece este tratamiento. Tienen su origen estos lodos en el curso del arroyo cercano al balneario, decantándose en los tanques de maduración donde se recubren de agua minero-medicinal a su temperatura natural, quedando expuestos a las radiaciones solares durante un período de tiempo que oscila entre los cinco y ocho meses.
