El Balneario de Alange, a 15 kilómetros de Mérida, cuenta como complemento a la calidad de sus aguas termales con los hoteles Aqualange, de cuatro estrellas, y el Varinia Serena, de tres. El primero se trata de un moderno cuatro estrellas situado en la prolongación de los jardines del balneario mientras que el segundo es un cálido y acogedor hotel, dotado de todo tipo de comodidades.
Al frente de los fogones de sus restaurantes se encuentra Victoria Rodríguez, jefe de cocina de la casa, que sabe complacer con éxito los paladares de la clientela. Victoria, para empezar, distingue en su labor a dos tipos de clientes con necesidades diferentes: aquellos que deben respetar un régimen alimenticio y los que no tienen esa preocupación. La jefe de cocina ofrece buenas propuestas para ambos casos.
Los restaurantes del Balneario de Alange destacan por una cuidada selección del producto fresco que entra en sus cocinas, y afortunadamente pueden destacar por la excelente materia prima que llega a Alange desde distintos puntos de Extremadura, garantizando así la calidad de lo que se sirve al cliente. Rodríguez sabe cómo sacar partido a las ya de por sí deliciosas carnes extremeñas. Tal como ella dice “respetamos el producto para que las cosas sepan a lo que tienen que saber”.
Este es el caso de la carrillera, en la que hay que tener cuidado para que “la carne no pierda su sabor ni su esencia. Es una carne muy jugosa”. La clientela, que es sabia, reconoce esta sabiduría de Victoria y piden platos de aquellos que no entran en las prisas cotidianas como puede ser, por ejemplo, la exquisita caldereta de cordero. La recomendación se hace extensiva a paletilla confitada al romero o el secreto ibérico. No todo es carne porque también los pescados y las verduras son excelentes en recetas como la merluza confitada con mahonesa de piquillo.
