Santa Cruz de Mudela, en Ciudad Real, posee un tesoro que ofrece con la generosidad propia de esas tierras. Ese tesoro no es otro que sus aguas termales que han hecho de este paraje, ya cercano a Andalucía, una referencia de los balnearios españoles. No yerra quién describe como un verdadero oasis, en la aridez monótona de La Mancha. A la sabiduría de los frailes Camilos les debemos este patrimonio invaluable, ya que fueron estos religiosos quienes primero aprovecharon sus aguas.
Así es en el siglo XVII cuando la Orden de los Camilos, que recibieron por parte del Marqués de Santa Cruz tierras de labor en estos parajes, comenzaron a utilizar sus aguas por las propiedades beneficiosas para la salud. Un siglo más tarde el Balneario ya es operativo y a lo largo del XVIII fue acrecentándose su fama de tal forma que en 1929 sus aguas fueron declaradas de Utilidad Pública.
El Balneario Cervantes es una sintésis entre la modernidad y la herencia de la que se enorgullece este establecimiento. Rodeado de jardines, que sorprenden nuestra vista en el paisaje manchego, en su arquitectura predominan los colores del barro típico de esta comarca, como el ocre y el amarillo, con unas instalaciones modernas y funcionales. Tradición a la última.
Es un ambiente perfecto para aquellos que buscan, además de tratamientos de salud, tranquilidad y reposo. Gracias a una moderna reforma, su equipamiento está a la vanguardia del termalismo en España. Además su equipo humano garantiza una apacible estancia y el deseo de volver en aquellos que lo visitan.