El Ayuntamiento de La Vilavella ha comenzado a ofrecer dos visitas guiadas gratuitas semanales, los miércoles y jueves a las 17.00 horas, una por el casco histórico de la villa y otra por la Ruta Termal, recorriendo los emplazamientos de la estación termal de la población, que llegó a contar con 11 establecimientos a principios del siglo XX.
Esta ruta hace un recorrido por la historia termal del municipio, que se retrotrae a la época romana en la que se construyeron casetas para disfrutar de las Aguas Mineromedicinales. Así lo demuestran los restos arqueológicos recuperados de los yacimientos en el Museo y el Santuario Hispanorromano del Pilonet de Santa Bárbara. En el siglo XVIII se tienen también referencias de las aguas termales de esta villa en los tratados de Tissot y Cavanilles y Madoz (1846) en el siglo XIX.
También se tiene constancia de la existencia de tres pozos de Aguas Mineromedicinales ubicados en la actual Plaça de la Vila, en el cruce de la Calle Sant Josep y en la calle Salida de Artana, detrás del Ayuntamiento. A mitad del siglo XVIII solo existían los llamados Pozos Calientes y Els Banys del Comú ubicados en la Font Calda, que eran los baños públicos de la villa.
A finales del XVIII y principios del XIX empiezan a proliferar en la población los establecimientos de baños como tal, comprendiendo entre sus servicios los de fonda y hotel, además de los propiamente termales. En la época de mayor esplendor los balnearios de La Vilavella llegaron a recibir entre 6000 y 10000 personas al año.
En 1994 la familia Caballer Almela adquirió el Balneario, miembro de ANBAL, y acometió un proceso de reforma integral para adaptar los edificios y las instalaciones balnearias y hoteleras a las necesidades y comodidades actuales.
