Hay gente que cree ciegamente en la fuerza del destino y otros que sólo reconocen meros acontecimientos casuales, pero lo cierto es que en ocasiones la vida depara coincidencias azarosas que cambian para siempre el devenir de las personas. Pasa frecuentemente al comienzo de las historias de amor, en algunos de los más importantes descubrimientos científicos o en grandes encuentros artísticos que pasarán a la historia del cine, la literatura, la pintura, o la música.
La relación de Mikel Erentxun con el Balneario Baños de Fitero tiene como punto de conexión a los padres de éste, quienes acuden al centro termal desde hace treinta años y a los que un día el cantante decidió ir a visitar allí donde se encontraban descansando. Desde entonces, la querencia por este lugar no ha hecho más que aumentar: “un día, luego dos, cuando podíamos una semana... Venir a Fitero ya se ha convertido en una especie de tradición familiar", confiesa el artista.
Hoy en día, acudir al Balneario de Fitero se ha convertido para Erentxun en un hábito necesario para desconectar por un tiempo y reactivar la salud física y mental, "Aquí pongo las neuronas a cero. Me olvido del ordenador y me dedico a un buen libro. Generalmente para las diez estoy en la cama, entre el masaje, la sauna y la piscina, llego cansado a la noche". También reconoce su debilidad por la piscina termal y el entorno del balneario: "Lo de la piscina es un relax total. La zona está muy bien para pasear, por las mañanas salgo a correr, y puedes hacer excursiones”.
Mikel Erentxun acaba de publicar “24 golpes”, su decimoprimer disco en solitario -además de otros tantos con Duncan Dhu- con el que cumple 27 años de carrera profesional como músico. El título del álbum hace referencia a las 24 horas del día, ya que el paso del tiempo es el leitmotiv de un trabajo con el regresa al puro estilo rock & roll y que le llevará de gira por escenarios de España, Sudamérica y EE.UU.
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